«Enseñamos a sus hijos a ser felices»
Actriz mexicana, Dolores del Río, fue la primera estrella latina que logró triunfar en Hollywood durante la era del cine mudo y principios del sonoro. Su rostro es considerado uno de los más bellos del cine y es catalogada como una de las mejores actrices de la época de oro del cine mexicano.
Dentro de la historia de Dolores del Río, destaca su labor sindical dentro de la Asociación Nacional de Actores. A principios de los años 70’s funda la Estancia Infantil de la ANDA, creada ante la necesidad de compañeras actrices de trabajar y al mismo tiempo educar a sus hijos.
El trabajo de Dolores del Río fue decisivo para el nacimiento de la Estancia debido a su prestigio, diplomacia y carisma. Fungió como su directora desde sus inicios y hasta 1981, incorporando métodos pedagógicos como el Método Montessori y el sistema Summerhill.
A la muerte de la actriz, el recinto fue bautizado como Estancia Infantil «Dolores del Río», misma que sigue en operación y ahora cuenta con Jardín de niños incorporado a la SEP.
La filosofía de la Estancia Infantil y Jardín de Niños ANDA Dolores del Río esta inspirada en el humanismo integral que pretende la formación de los seres humanos como personas únicas y plenamente capacitadas para actuar con libertad, inteligencia y dignidad.
La educación personalizada es un método basado en una visión integral y en la necesidad de “aprender a aprender”. La Estancia proporciona a los pequeños una educación para la vida;
Fundamentos del aprendizaje significativo:
En la Estancia Infantil y Jardín de Niños ANDA Dolores del Río, cuenta con múltiples espacios preparados ex profeso para cada área de formación:
Este es parte del discurso de Dolores del Río en la inauguración de la Estancia Infantil, el 17 de enero de 1974:
Esta estancia dará servicio 24 horas al día, para que artistas, cualquiera que sean sus horarios o sus ausencias a causa de sus labores profesionales, puedan cumplirlos sin angustia, sino por el contrario, con la confianza de que sus hijos están cuidados en todo momento por la competencia de un magnifico personal técnico y por la fraternidad generosa de sus compañeras voluntarias.
Ahora, sin ningún propósito de vanidad, pido permiso y disculpas porque quiero hablar, muy brevemente, de Dolores del Río. He sido en términos generales, una mujer afortunada, casi inmerecidamente privilegiada. He dedicado la mayor parte de mi larga vida, al arte dramático, al arte, ese recurso, ese reductor de que dispone el hombre para soportar, en muchas ocasiones, la realidad implacable. He alcanzado, tanto en el extranjero como en mi propio país, popularidad y prestigio.
Pues bien, mi participación en esta estancia infantil es como mi ofrenda agradecida, como pago obligatorio por tantos privilegios. He dedicado 48 años de mi vida a mi profesión de actriz, mi carrera esta ya terminando. No quiero dejar únicamente el recuerdo de unas cuantas actuaciones aplaudidas. Lo que deseo es que algún día pueda decirles que Dolores del Río, no como artista, sino como mujer consciente de la tarea principal y obligatoria que es la solidaridad humana, el servicio y el amor a nuestro prójimo, hizo un esfuerzo por lograrlo y justificar de ese modo su existencia y sus inmerecidos privilegios.
Cada madre artista, cada niño que reciba aquí una enseñanza, un alimento, una caricia, le da a mi vida un nuevo significado, el amor y la «entrega» a nuestros semejantes en este tránsito doloroso y gozoso que es la vida.
Conoce el trámite de ingreso y requisitos para gozar de esta prestación.